Admitir que has conocido a tu pareja o que has tenido una aventura pasajera con un extraño que conociste en un sitio de citas en línea sigue siendo un tabú social difícil de superar. Sin embargo, las estadísticas hablan por sí mismas y uno de cada cuatro españoles va a sitios de citas casuales, con cientos de historias que comienzan y terminan cada día.

Y tal vez se sorprenda al saber que los hombres y mujeres de entre cuarenta y cincuenta años son los que tienen un mayor crecimiento exponencial en los sitios de citas.

Numerosos estudios y libros tratan de comprender y resumir los puntos fuertes y débiles de este creciente fenómeno de alarmismo y entusiasmo.

Dan Slater, autor de “Love in times of algorithms: how technology changes the way people meet and date” (El amor en tiempos de algoritmos: cómo la tecnología cambia la forma en que la gente se reúne y sale con alguien), argumenta que conocer nuevas personas de repente se hizo tan fácil, que hoy en día la gente ya no se esfuerza por mantener una relación duradera cuando aparecen los primeros signos de crisis: una nueva pareja está a sólo un clic de distancia y esto lleva a relaciones inestables sin un compromiso serio.

Otros expertos hacen advertencias no menos preocupantes: para Susan Dyer, psicóloga y autora de “The I-Factor” (El factor I como “intimidad”), las citas en línea están haciendo que los usuarios sean cada vez más “socialmente ineptos” porque desaprenden los antiguos ritos de cortejo y pierden así la capacidad de empatizar con la otra persona, excepto en la ficción del mundo virtual.

Según la psicoterapeuta italiana Danila Lorenzini, especializada en los problemas de comunicación de la pareja y autora del libro “Cómo encontrar un alma gemela en un clic”, para los que no son solteros puede parecer absurdo que una persona educada, guapa, con una buena cultura y una profesión estable y gratificante decida confiar en un sitio de citas, pero al llegar a cierta edad, las oportunidades de socializar con alguien con quien tiene una afinidad y las posibilidades de conocer a alguien por casualidad, son realmente muy escasas.

Y agrega Susan Etlinger, analista del Altimeter Group, afirmando que los algoritmos que soportan estos servicios, tan sofisticados como son en cruzar la información y poner en contacto a los espíritus más afines, por su propia naturaleza tienen un margen de error, y tal vez por su rigidez, pueden obstaculizar los encuentros que, en cambio, valdría la pena vivir.

Entonces, ¿cómo deberías hacerlo? Según Peter Ludlow, profesor de filosofía de la Universidad de Northwestern, no debemos olvidar que esta frenética búsqueda de un algoritmo compatible para seleccionar un compañero es una práctica terrible. Se supone que estos sitios saben exactamente lo que estás buscando, y en su lugar a menudo lo encuentras “colapsando” por casualidad mientras buscas algo más. El resultado inesperado es a menudo maravilloso.